Inmigración belga en Chile: Contribución importante al desarrollo del país
Los vínculos entre chilenos y belgas son mucho más antiguos que la creación misma de Chile y Bélgica como estados independientes.
Publicado: Martes, 15 de Noviembre de 2005
Una amistad sólida se mide en el tiempo. Un buen ejemplo de esta premisa es la relación bilateral que mantienen Chile y Bélgica. De hecho, durante 172 años, desde la conquista de Chile en nombre del Rey Carlos V, hasta el Tratado de Utrecht de 1713, chilenos y belgas compartieron los mismos reyes. Carlos V nació en la hoy ciudad belga de Gante y, como sus sucesores, fue también rey de los territorios que hoy conforman Chile. En 1832, Bélgica abre un consulado en Valparaíso, capital económica del joven Estado chileno. Hacía solo dos años que el país europeo había conquistado su propia independencia. Las ciudades portuarias de Amberes y Valparaíso mantuvieron vínculos importantes durante el siglo XIX. Los 173 años de presencia oficial de Bélgica en Chile, desde 1832 hasta ahora, ilustran el interés que las autoridades y ciudadanos belgas siempre han tenido hacia Chile, a pesar de la distancia.
Siguiendo con la historia de amistad, ya en las primeras expediciones españolas hacia América participaron varias personas de los Países Bajos meridionales (actualmente Bélgica), debido a los vínculos políticos que unían entonces a los Países Bajos meridionales y España. Los lazos de intercambio se acrecientan a fines del siglo XIX, cuando muchos emigrantes europeos, especialmente alemanes, ingleses, franceses y suizos comienzan a llegar a Chile. Entre ellos también vinieron belgas, que aportaron decididamente al desarrollo del país en áreas como la ingeniería, las industrias, la educación y el comercio.
Achille Beke construyó en 1905 la primera fabrica de textil en Viña del Mar; Amadeo Heiremans, llegado de Denderleeuw en 1898, instaló al principio del siglo XX un aserradero en Santiago, y un colaborador de éste, Remi Cardoen, inauguró la primera fundición de acero en Santiago, establecimiento que existe hoy en día (Electro-Metalúrgica). También, fue un grupo de ingenieros belgas los que desarrollaron la industria del carbón durante la década del treinta.
Aporte jesuita
En el plano social, Josse Van Der Rest, S.J., nacido en Bruselas el 9 de marzo de 1924, trabaja desde los cuarenta y cinco años en el "Hogar de Cristo". Ahí presidió la construcción de miles de habitaciones por año a beneficio de los pobres desamparados sin techo. El padre Van Der Rest es también presidente de SELAVIP internacional, una organización no gubernamental que construyó 2.000.000 de casas de urgencia en América Latina y Asia. Por su parte, Jules Achille Stragier, S.J. (nacido en Izegem el 23 de enero de 1942), ha tenido una labor muy importante al lado del padre Van Der Rest en el desarrollo del Hogar de Cristo y el SELAVIP. Eugenio Heiremans Despouy, nieto del pionero del acero Amadeo Heiremans, fundó la Asociación chilena de Seguridad.
En el ámbito de la política destacan Roger Vekeman, S.J., nacido en 1921. Este padre jesuita, sociólogo y brillante intelectual, es uno de los padres espirituales de la política de reformas sociales que impulsó el Presidente Eduardo Frei Montalva. Asimismo, Hubert Gaston Daubechies, S.J., nacido en Etterbeek el 4 de diciembre de 1922, fue durante dieciocho años redactor y redactor en jefe de la prestigiosa revista de análisis social y político "Mensaje".
El área de la cultura y las ciencias tampoco fue ajena al aporte belga.
Así, Gustave Verniory, joven ingeniero ardenés, contribuyó durante diez años a la construcción del ferrocarril en el sur de Chile. Fue el autor de crónicas particularmente interesantes en el ámbito etnológico e histórico, especialmente en relación con el pueblo mapuche. Gustave Le Paige, S.J., fue el fundador y director del Museo arqueológico de San Pedro de Atacama que lleva su nombre. Por su parte Maurice Van de Maele, historiador y antropólogo, fue cofundador de la universidad Austral de Valdivia, y fundador del Museo antropológico de esta ciudad, el que lleva hoy su nombre. Asimismo, Isidora Zegers Montenegro fue una destacada personalidad en el ámbito de la música. Cantante y compositora, introdujo el Bel Canto en Chile y fundó la Sociedad Filarmónica de Santiago en 1826.
Hoy se estima que la colonia belga residente en Chile alcanza a más de dos mil personas. Se compone de empresarios, hombres de negocios, estudiantes universitarios, y misioneros, entre otros. Muchos chilenos descienden de belgas emigrados a Chile hace muchas generaciones. Aunque adquirieron la nacionalidad chilena, siguen teniendo un gran arraigo y relación con el país de sus antepasados. Las relaciones bilaterales chileno-belgas han tenido instancias importantes en el plano oficial. Así, en 1965, el rey Balduino visitó Chile y en 2002 el príncipe Philippe y la princesa Mathilde también estuvieron en Santiago encabezando una delegación de empresarios.
Historia de esfuerzo y desarrollo en Chile Chico
Entre 1947 y 1949 un grupo de familias belgas se instala en Chile Chico, en la Patagonia chilena. Llevan con ellos un médico, un profesor, un capellán y también camiones y materiales para implementar un aserradero. Durante unos decenios, este grupo ejerce en Chile Chico diversas actividades, principalmente agrícolas y explotan durante un buen tiempo un aserradero. Muchos de sus descendientes viven hoy en diversas ciudades del país, fundamentalmente en Santiago. El libro "Cuando éramos niños en la Patagonia", del historiador belga Jean Chenut y recientemente publicado en español, habla de esta aventura. La presentación del ejemplar se hizo en el colegio Notre-Dame, en Nuñoa, entidad educativa que fue fundada por el sacerdote belga Roberto Polain, quien llegó a fines de la década de los cuarenta a Chile Chico junto al grupo de aventureros belgas. El libro refleja la mirada especial de los niños que crecieron en este ambiente colonizador y que fueron influidos por la vitalidad y entusiasmo de Polain, pionero del movimiento scout en Chile, y considerado como un educador de avanzada, quien fundó un sistema basado en la confianza en el alumno, trabajo en equipo y compañerismo.
Chilenos en Bélgica
Desde las primeras décadas del siglo XX Bélgica acogió a un gran número de estudiantes chilenos que fueron a especializarse a las casas de estudios superiores belgas. Muchos se beneficiaron de becas de estudios en la Universidad Católica de Lovaina (una de las más antiguas de Europa). El santo Padre Hurtado recibió su formación en Lovaina y fue ordenado sacerdote por el cardenal belga Van Roey. Bélgica fue también un lugar de residencia para muchos chilenos durante el gobierno militar.
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